Mert Kiraz
Mert Kiraz es un chico turco de 22 años que ha tenido la oportunidad de hacer un voluntariado en la ciudad de Antakya, en la provincia de Hatay, Turquía, tras el devastador terremoto que tuvo lugar el 6 de febrero de 2023.
Estudió Enseñanza de la Lengua Inglesa en la Universidad de Anadolu de EskiÅŸehir, Turquía, y aprovechó su buen nivel en el idioma para ayudar en un hospital como traductor entre los médicos estadounidenses y los afectados por el seísmo.
«Creo que el gobierno y los equipos de rescate podrían haber respondido más rápido»
Entrevista realizada el 10/04/2023
Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de hacer un voluntariado?
Respuesta: Cuando ocurrió el terremoto ya había pensado en hacer un voluntariado. Sin embargo, pensé que a lo mejor no podía ayudar demasiado yendo allí. Mi antiguo compañero de piso estaba en la zona afectada y me dijo que necesitaban traductores en Hatay. En ese momento no tenía demasiadas cosas que hacer en mi ciudad, así que decidí que era un buen momento para ir.
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P: ¿Cuándo tomaste la decisión de hacer el voluntariado?
R: Hablé con mi antiguo compañero de piso el 23 de febrero y pensé en eso durante todo el día. Tomé la decisión el 24, pero no fui a Hatay hasta el 27.
P: ¿Buscaste qué voluntariados había antes de decantarte por este?
R: No. No busqué ningún voluntariado más porque mi amigo me había dicho que necesitaban a voluntarios en este, así que directamente fui.
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P: ¿A través de qué situación hiciste el voluntariado?
R: El hospital en el que trabajé en Hatay estaba dirigido por Samaritan´s Purse, una asociación americana que estaba colaborando con la organización turca Ilk Umut (Primero Esperanza en español).
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P: ¿Cómo llegaste hasta Hatay?
R: Cogí un autobús en la estación de buses de EskiÅŸehir que iba directamente hasta la estación de buses de Hatay. Una vez llegué allí, trabajadores de Samaritan´s Purse vinieron a recogerme para llevarme al hospital.
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P: ¿Por qué fuiste durante un mes?
R: Al principio no sabía durante cuánto tiempo me iba a quedar porque no había planeado nada, mi fecha de vuelta era flexible. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad de Turquía pidió al hospital que redujeran personal porque la ayuda ya era suficiente, por lo que ya no me necesitaban más, así que puedo decir que me quedé hasta el final.
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P: ¿Te pidieron algún certificado o examen que probara que de verdad sabes ingles?
R: Bueno, cuando mi amigo me recomendó ir como traductor, Samaritan´s Purse solo me pidió mi CV, no me pidió ningún examen oficial de inglés ni nada.
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P: Durante tu estancia en Hatay, ¿te diste cuenta de que alguna información sobre la situación allí no se asemejaba a la realidad?
R: Sí. Mientras estaba allí, leí que había una crisis de agua en Hatay, pero no era un gran problema en realidad. Quiero decir, había una pequeña crisis porque la gente estaba buscando agua más de lo habitual, pero todo el mundo tenía acceso a ella, no como decían en algunos medios de comunicación. El estar allí me hizo darme cuenta de que a veces algunas cosas no son tan malas como parecen o como las quieren pintar.
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P: ¿Hubo algún terremoto o alguna réplica durante tu estancia?
R: ¡Sí, hubo un montón! Las primeras semanas que pasé allí sentía terremotos cada dos días, pero no eran muy grandes. Podría decir que sentí cinco o seis seísmos en total.
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P: Estuviste trabajando en un hospital, así que tuviste contacto directo por la gente afectada por el seísmo. ¿Cómo viste a esa gente?
R: Estar en contacto directo con los pacientes me hizo tener muchas oportunidades para hablar con ellos y conocer sus historias. Cuando llegué a Antakya, habían pasado dos o tres semanas del terremoto y yo creo que la gente ya había superado y aceptado en parte el tema del seísmo. Los pacientes hablaban sobre sus pérdidas y sobre lo que habían sufrido, pero no de una manera triste, sino como si estuvieran hablando de algo normal para ellos.
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P: ¿Cuántas horas trabajabas al día? ¿Recibiste algún tipo de remuneración por tu trabajo?
R: Trabajé doce horas al día y recibí remuneración diaria, alrededor de 12.000 liras turcas (400 euros aproximadamente). Este dinero nos lo daba Samaritan´s Purse, porque mucha gente dejaba su trabajo para ayudar a los afectados, así que necesitaban una estabilidad económica de alguna manera.
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P: ¿Notaste que los voluntarios extranjeros fueron bien recibidos por los turcos?
R: Creo que la nación turca es muy hospitalaria, aunque a veces había un poco de tensión entre los sanitarios turcos y los doctores extranjeros. Esta situación no ocurrió en mi hospital porque solo había personal estadounidense, pero sí que ocurrió en las tiendas de campaña en las que dormíamos.
Por otro lado, a veces algunos pacientes estaban un poco en contra de los doctores extranjeros, y creo que es porque a veces salieron noticias en la prensa de que la gente extranjera viene a Turquía con malas intenciones en vez de ayudar a la gente.
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P: ¿Cómo te sentiste trabajando en un hospital y viendo a la gente herida?
R: Vi algunas heridas que normalmente me perturbarían, pero al final no lo hicieron. Trabajé en un hospital y obviamente he visto cosas desagradables, pero no diría que me afectaron demasiado. He de decir que considero que manejé la situación súper bien, porque traté de ser profesional, pero cuando estaba intentando ser profesional hubo veces en las que me convertí en un robot para protegerme mentalmente.
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P: ¿Te adaptaste bien a vivir en un tienda de campaña?
R: Mis amigos siempre me dicen que puedo dormir en cualquier parte, que tengo una capacidad de adaptación increíble. No creo que dormir en una tienda sea difícil, pero lo que la hizo algo dura de verdad fue el viento.
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P: Como turco, ¿crees que las cosas se podrían haber hecho de manera diferente en cuanto a rescates o recursos?
R: Bueno, todo se puede hacer mejor, pero no solo en esta situación, en general las cosas siempre tienen un punto de mejoría. Sin embargo, creo que el gobierno y los equipos de rescate podrían haber respondido más rápido.
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P: ¿Tienes alguna anécdota destacable que te gustaría compartir?
R: Estaba con una enfermera que estaba cogiendo las constantes vitales de una mujer, como la presión sanguínea o la fiebre. La enfermera era estadounidense y la mujer estaba hablando conmigo en turco. Estaba diciéndome, mientras lloraba, que tenía dolor físico por las heridas que le provocó el terremoto y que su corazón también le dolía porque perdió a su hijo en el seísmo. Se suponía que yo tenía que traducir lo que ella estaba diciendo, pero me sentía mal haciéndolo porque sentía que le estaba faltando al respeto de alguna manera si traducía sus palabras de forma literal, porque se estaba desahogando conmigo, no estaba explicando sus síntomas para que un médico la curara.
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P: ¿Cuál fue la historia que más te sorprendió y que mejor recuerdas sobre las personas afectadas?
R: Había un señor que era dueño de un local de kebab y que estaba trabajando como seguridad del hospital. Me dijo que tenía seis restaurantes de kebab, que cuatro de ellos colapsaron en el terremoto y que los otros dos no estaban funcionando en el momento, así que tuvo que trabajar como segurata porque no tenía otra fuente económica. Lo que me sorprendió de esto es este hombre aceptó la situación en vez de quejarse o lamentarse y decidió buscar un trabajo que le diera estabilidad.
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P: ¿Cómo te sientes hoy en día después de lo que has vivido durante este mes en Hatay?
R: Me siento realizado como ciudadano turco y como ser humano, porque sé que he ayudado durante el mes que he estado en Hatay. Aún así, mi salud mental no fue la mejor en los primeros días tras haber vuelto del voluntariado porque no podía parar de pensar en el hospital, fue difícil adaptarme a la vida que tenía antes de ir a Hatay. Ahora puedo decir que estoy bien.
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P: ¿Te sentiste acompañado durante el voluntariado?
R: ¡Sí! Ya tenía unos cuantos amigos allí y conocí a gente de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia, algo que me parece muy interesante. También conocí a gente local, así que me gustaría volver algún día a verles y ver también la evolución de la ciudad. Puedo decir que el ambiente fue muy bueno.
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P: ¿Volverías a hacer un voluntariado?
R: ¡Claro que sí! Si algo parecido vuelve a suceder, puedo ayudar, no tengo nada que me impida ir y estoy bien de salud mental y física, lo haría de nuevo. Creo que como seres humanos no deberíamos sentarnos a mirar lo que está pasando, deberíamos ayudar siempre que podamos.