Chipre, la isla dividida en dos realidades
- Clara Arias
- 1 dic 2023
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 2 oct 2024
Turquía invadió el norte de la isla en 1974, instaurando la República Turca del Norte de Chipre y dividiéndola en dos mitades

Chipre es un país conocido por ser un popular destino turístico por sus playas de arena blanca, sus aguas cristalinas y su clima mediterráneo. Sin embargo, su pasado e incluso su presente non son nada idílicos. Políticamente, la isla está dividida entre la República de Chipre, miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Unión Europea (UE), y Chipre del Norte, una república turca autoproclamada, reconocida únicamente por Turquía y considerada por el resto de la comunidad internacional como territorio ocupado.
ANTECEDENTES DEL CONFLICTO
En 1571, la isla fue conquistada por el Imperio Otomano y, por primera vez en mil años, su composición demográfica cambió: pasó de una población predominantemente griega a una con una mayoría griega y una minoría turca significativa. Chipre formó parte del Imperio Otomano por siglos y los griegos y turcos que habitaron en ella raramente vivieron juntos en armonía.
En la década de 1820, Grecia -también bajo el dominio otomano- libró una exitosa Guerra de la Independencia. Múltiples grecochipriotas partieron hacia Grecia para unirse a las fuerzas griegas. En respuesta, el gobernador otomano de Chipre arrestó y ejecutó a 486 destacados grecochipriotas, entre ellos el arzobispo de Chipre, Kyprianos, y otros cuatro obispos. En 1828, el primer presidente de la Grecia moderna, Ioannis Kapodistrias, pidió la unión de Chipre con Grecia, y se produjeron numerosos levantamientos menores.
Tras la guerra ruso-turca, Chipre pasó a ser administrada por los británicos en el año 1878 a través de un tratado secreto con los otomanos. En este tratado se acordaba que los británicos protegerían su soberanía territorial de Rusia, consiguiendo al mismo tiempo una posición estratégica para defender sus rutas comerciales hacia la India por medio del Canal de Suez. Aunque ahora Chipre pasara a estar administrada por los británicos, los otomanos mantuvieron soberanía sobre la isla. Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial, los otomanos y británicos se encontraron en lados opuestos del conflicto, así que la isla fue anexada por Gran Bretaña. Desde la independencia de Grecia, la gran mayoría de grecochipriotas habían estado exigiendo lo que se conoce como enosis (unificación con Grecia).

Mapa que representa la división entre la República de Chipre y Chipre del Norte
Después de la Segunda Guerra Mundial, a Gran Bretaña le resultó cada vez más difícil justificar moralmente su extenso imperio. El Imperio Británico pasó por un largo periodo de descolonización, pero con Chipre había un problema: geográficamente hablando, era demasiado valiosa como para abandonarla, ya que desde Chipre la Real Fuerza Aérea podía llegar fácilmente a tres continentes. Chipre queda a tan solo 200
kilómetros de Oriente Medio y el Canal de Suez se encuentra a 200 millas náuticas hacia el sur. Mientras la mayoría griega en Chipre se revelaba constantemente contra el dominio británico, la minoría turca estaba relativamente contenta con este arreglo, aunque los turcochipriotas definitivamente no querían enosis.
En 1955, se formó una organización nacionalista guerrillera, llamada EOKA, para ponerle fin al dominio británico en Chipre y, como objetivo final, unificarse con Grecia. Tres años después, se creó la Organización de Resistencia Turca (TMT) en respuesta a EOKA, con el objetivo de conseguir la división de la isla. Tras muchos años de prácticamente un nulo entendimiento, se declaró la independencia de Chipre en el año 1960, con un presidente de la república griego y un vicepresidente turco. Lejos de conseguir una paz entre grecochipriotas y turcochipriotas, estos continuaron enfrentándose hasta que en 1964 intervino la ONU enviando a una contingente de paz para evitar una guerra civil y que se involucraran dos miembros de la OTAN: Grecia y Turquía. Finalmente, las dos comunidades fueron separadas físicamente por Nicosia, la capital del país.
La misión de la Fuerza de Paz de Naciones Unidas en Chipre cobró mayor sentido cuando el 15 de julio de 1974 la Guardia Nacional chipriota dio un golpe de estado, que contaba con el apoyo desde Atenas de la Junta de los Coroneles, ya que el objetivo del golpe de estado no era otro que la anexión de la isla a Grecia. Turquía no podía permitirlo y el gobierno del socialdemócrata Bülent Ecevit ordenó el desembarco militar. Con el segundo ejército más numeroso de la OTAN, a los turcos no les costó demasiado trabajo tomar el control del tercio norte de la isla. Sin embargo, gran parte de los cientos de muertos civiles fueron masacrados por grupos irregulares de ideología nacionalista como la EOKA grecochipriota y la TMT turcochipriota, en un macabro anuncio de lo que posteriormente ocurriría en Líbano y los Balcanes, otros dos territorios herederos del multiétnico Imperio Otomano.

Bandera de Chipre del Norte
LA LÍNEA VERDE
Cuando Turquía ocupó el norte de Chipre, con el despliegue de unos 30.000 soldados, marcó una separación con lo que se conoce como la Línea Verde, una zona desmilitarizada de más de 160 km que divide a la isla, y su capital, Nicosia, en dos partes. Hasta ese momento, la población grecochipriota y turcochipriota estaba repartida por la isla, pero, en el momento de la ocupación turca, unos 160.000 grecochipriotas que vivían en el norte huyeron o fueron expulsados al sur, y unos 50.000 turcochipriotas del sur se mudaron hacia el norte y se establecieron en propiedades de los grecochipriotas desplazados.
Ambas comunidades quedaron totalmente separadas por esta Línea Verde. No fue hasta 2003 que las autoridades turcochipriotas relajaron las restricciones de la Línea Verde y esta se pudo atravesar por primera vez en 30 años.
Los turistas que visitan Chipre pueden pasear por los alrededores de la Línea Verde, que separa las dos comunidades de Chipre, como si fuese el escenario de una película bélica de Hollywood. Esta Línea Verde hace de frontera entre dos culturas y formas de vivir distintas. Mientras que en la República de Chipre se usa el euro, se habla en griego y se vive como en Grecia, en el norte se utiliza como moneda las liras turcas, se habla turco y hay un tipo de vida similar al de Turquía.

La línea verde en Nicosia que separa la República de Chipre y Chipre del Norte
LA VIDA EN UN PAÍS CON DOS REALIDADES PARALELAS
A pesar de que la República del Norte de Chipre sea totalmente distinta al sur e incluso tenga su propia bandera, al ser un territorio solamente reconocido por Turquía, cuenta con múltiples impedimentos. Aunque tiene su propio aeropuerto, este solo opera vuelos de ida y de vuelta con Turquía, por lo que no existe la forma de llegar al norte de Chipre desde un país que no sea Turquía. Los turistas tienen dos opciones: o viajan en avión desde Turquía al norte de Chipre, o viajan desde cualquier país al sur de Chipre y acceden al norte en taxi. Otra desventaja es que los ciudadanos turcochipriotas no tienen un servicio postal directo, dependen totalmente de Turquía.
Desde hace varios años, se están llevando a cabo negociaciones para la reunificación de la isla bajo el auspicio de Organización de las Naciones Unidas. Se busca principalmente lograr algún tipo de gobierno federal en Chipre donde el poder esté compartido entre las dos comunidades. El último intento para cerrar las divisiones, en 2004, terminó en fracaso cuando el acuerdo que lograron los políticos y diplomáticos fue aprobado por los turcochipriotas, pero rechazado abrumadoramente por los grecochipriotas.
Según los testimonios de algunos de los ciudadanos turcochipriotas más longevos, estos antes de la ocupación eran ciudadanos de segunda, no gozaban de un estándar de vida demasiado elevado y solían ser empleados de limpieza, por ejemplo. De pronto, tras la invasión turca en el norte de Chipre, comenzaron a tener una mejor vida, pudiendo vivir en casas, trabajar en fábricas, tener negocios propios e incluso duplicar su territorio. La economía, sin embargo, no ha funcionado y el territorio vive con el apoyo de Turquía, que cubre sus necesidades básicas y que ha sido su único protector durante las pasadas cuatro décadas.
Las nuevas generaciones de chipriotas, tanto del norte como del sur, solo han conocido una realidad: el odio mutuo. Han sido educados para desconfiar de su vecino y acusarse mutuamente de ser el causante del conflicto constante -pero pacífico- en el que vive el país. Con la situación que se presenta en Chipre, se complica cada vez más llegar a un entendimiento y poder solucionar esta situación, y los propios habitantes de la isla se muestran cada vez menos optimistas. Además, muchos turcochipriotas viven preocupados por si llega el día en el que se retiren los más de 30.000 soldados con los que Turquía los ha protegido durante las últimas décadas y se preguntan qué sucederá entonces. Temen por su seguridad e incluso por su identidad, ya que los grecochipriotas podrían intentar recuperar el norte de la isla y los turcochipriotas no tendrían manera de defenderse sin el apoyo de Turquía.
Hay demasiadas preguntas y muy pocos indicios sobre cómo resolverlas. Lo que está claro es que ambos lados, acostumbrados a vivir en una división pacífica, se muestran temerosos de lo pueda traer el cambio de una reunificación.
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