top of page
Foto del escritorClara Arias

El homenaje en los JJOO a los argelinos asesinados en la “masacre de París”

A bordo de los barcos que trasladaron a los atletas en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París por el río Sena, los deportistas de Argelia lanzaron rosas para recordar lo sucedido en ese mismo lugar en 1961




La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, que se extendió a lo largo de casi cuatro horas en el río Sena y las calles de París, tuvo un momento emotivo a bordo de uno de los barcos que trasladó a las delegaciones en el inicio. Los deportistas de Argelia lanzaron rosas al río para conmemorar a sus compatriotas fallecidos en 1961 durante el hecho que se recuerda como "la masacre de París".


La escena de apenas segundos en la que los deportistas argelinos hablan a cámara y luego lanzan rosas al río Sena, se viralizó rápidamente a través de las redes sociales. El tema inmediatamente repercutió en los medios del país organizador: "A bordo de un barco, a la sombra de banderas verdes y blancas, los atletas argelinos arrojaron flores al Sena. Un gesto simbólico realizado bajo el puente donde los manifestantes murieron como mártires", escribió el Ouest-France. En la página de Facebook del Comité Olímpico y Deportivo Argelino se publicó este vídeo, con un mensaje detallando que este gesto se realizó en honor a los "mártires inocentes" que perdieron la vida en octubre de 1961.





LA MASACRE DE PARÍS


En un contexto de ocupación francesa en el norte de África, el FLN (Frente de Liberación Nacional) argelino llevaba librando una encarnizada lucha por la independencia desde 1954. Tras siete años de lucha y represión, el FNL convocó una manifestación pacífica en oposición a un toque de queda impuesto a los argelinos que vivían en París, ante la cual el jefe de la policía de París, Maurice Papon, había alentado abiertamente de que la respuesta de sus agentes sería violenta.


Fue el 17 de octubre de 1961 cuando alrededor de 30.000 argelinos salieron a las calles de la capital gala para luchar por su libertad, la cual se vio rápidamente truncada con la actuación policial, asesinando a cientos de manifestantes y arrojando a decenas al río Sena.


En el espacio de unas horas, más de 12.000 personas fueron conducidas, en autocares de la policía o en autobuses de la RATP requisados al efecto, al antiguo hospital Beaujon de Vincennes, al patio del cuartel general de la policía, al estadio Coubertin y, sobre todo, al Parque de Exposiciones. Pocos días después de que el Ministro del Interior, Roger Frey, anunciara ante la Asamblea Nacional la reanudación de los retornos forzosos a Argelia, se radicalizó así la política aplicada durante muchos años contra los argelinos "indeseables". En un contexto de lucha contra el "terrorismo" y tras la muerte de varios guardias a manos de miembros del FLN, tal cambio de escala tenía que ir acompañado de un aumento de la violencia y la brutalidad.





La dificultad con la que se encuentra este relato es la gran censura que se vivió tanto en ese momento como en los años posteriores, por lo que, a día de hoy, todavía no hay cifras exactas de los argelinos fallecidos aquel día. Este silenciamiento lo sufrió el periodista francés Paulette Péju, quien escribió un breve libro sobre el tema, el cual acabaría siendo confiscado por la policía francesa y no estaría disponible al público hasta el año 2000.


La primera vez que una figura de poder dentro de Francia reconoció la gran masacre de París fue el ahora expresidente François Hollande en el año 2012, para que, un tiempo despues Emmanuel Macron asegurase que los crímenes cometidos bajo la autoridad del jefe de policía parisina fueron "inexcusables".


En marzo de 2024, la Asamblea Nacional francesa votó para que el gobierno establezca un día en conmemoración de la "masacre del 17 de octubre de 1961 en París". La propuesta buscó dar "el reconocimiento y la condena de la masacre (...) cometida bajo la autoridad del entonces prefecto de policía, Maurice Papon", detalló Le Monde, que en ese entonces ya planteó el contraste entre los números informados por entonces por las autoridades y los reales: "La cifra oficial de tres muertos y unos sesenta heridos está muy por debajo de las estimaciones de los historiadores, que registran ‘al menos varias decenas’ de muertes".


A la espera de la confirmación oficial de la cifra de argelinos que perdieron la vida aquel día y del reconocimiento oficial de este acontecimiento por parte de las autoridades francesas, los deportistas argelinos se han encargado de devolver aquel 17 de octubre de 1961 al ojo público para que jamás sea olvidado.



Comments


bottom of page