Escasos minutos antes del comienzo de la final de la Supercopa de Turquía entre Galatasaray, campeón de la Liga, y Fenerbahçe, campeón de la Copa turca, el partido se suspendía de manera oficial por "problemas con la organización"
PROHIBICIONES DE ARABIA SAUDÍ
Con motivo del 100 aniversario de la República de Turquía, Galatasaray y Fenerbahçe querían realizar una serie de homenajes al fundador de la República, Mustafa Kemal Atatürk, en el estadio Al Awwal en Riad (Arabia Saudí), los cuales provocaron que los funcionarios saudís se opusieran rotundamente.
El conflicto comenzó con la solicitud de las autoridades de Arabia Saudí de no entonar el himno de Turquía previo al cotejo en el estadio de Riad, algo que era innegociable para los equipos turcos, por lo que los saudís finalmente cedieron tras las quejas de ambos clubes.
"Si no se puede cantar nuestro himno nacional, no saldremos al campo", aseveraba el secretario
general del Galatasaray, Eray Yazgan.
Sin embargo, los desentendimientos no acabaron ahí. Los aficionados de Galatasaray y Fenerbahçe querían exhibir una gran pancarta de Atatürk, por lo importante que es su figura para el pueblo turco, pero también se lo negaron. La gota que derramó el vaso fue que los clubes solicitaron salir al campo con una imagen de Atatürk en sus camisetas y también con una pancarta con las palabras del padre de Turquía: "Paz en casa, paz en el mundo", así como que los jugadores de Galatasaray difundieran el "Qué feliz el que dice 'soy turco'", frase pronunciada por Atatürk en las celebraciones del Día de la República en el año 1933.
Estos deseos fueron rotundamente rechazados por los funcionarios de Arabia Saudí, por lo que tanto Galatasaray como Fenerbahçe se negaron a disputar el partido a pocos minutos su inicio, así que no tuvieron más remedio que cancelarlo.
Los aficionados que habían asistido al estadio, una vez ya conocida la decisión, entonaron el himno nacional turco a capela. Sin embargo, la megafonía del estadio, apagada hasta ese momento, reprodujo música para impedir que se escuchara con claridad.
"Para celebrar el centenario de nuestra República y de la Federación Turca de Fútbol en el extranjero,
nos organizamos con nuestros clubes de manera que contribuya al valor de marca del fútbol turco y
de nuestros clubes. La competición de la Supercopa 2023, que estaba previsto que se jugara el
viernes 29 de diciembre de 2023 a las 20.45 horas, se ha pospuesto a una fecha posterior
como resultado de la decisión conjunta que tomamos con nuestros clubes, debido a algunas
interrupciones en la organización. Queremos agradecer a la Federación de Fútbol
y a las instituciones y organizaciones pertinentes del país anfitrión los esfuerzos que han realizado
hasta ahora en la organización de la Supercopa".
Uno de los jugadores del Fenerbahçe, İrfan Can Kahveci, publicaba en su cuenta de X (antes Twitter) una fotografía luciendo una camiseta con la imagen de Atatürk.
El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, se manifestaba también en sus redes sociales sobre lo ocurrido: "[...] Tengo una sugerencia para ambas comunidades y sus gestores: En esta final no hay perdedores, hay 2 ganadores. La Supercopa de 2023 debería dividirse en dos y exhibirse en los museos de los dos clubes como símbolo de eterna competición y amistad, así como de nuestra infinita lealtad a Mustafa Kemal Atatürk".
APOYO DE LOS CLUBES TURCOS
El Beşiktaş fue el primer equipo turco en pronunciarse al respecto al ofrecer su estadio para disputar la Supercopa. "¡Nuestra puerta está abierta! Esperamos a los amantes de Atatürk en Dolmabahçe con banderas turcas para jugar la final de la Supercopa, que se jugará en el centenario de nuestra República, en una fecha apropiada, en el distrito de Atatürk, en el estadio más hermoso del mundo", manifestaron.
El Altay, de la segunda división turca, expresó que "apoyamos las decisiones del Galatasaray y del Fenerbahçe y les agradecemos su postura".
Otros como el Trabzonspor y el Sivasspor difundieron la frase de "Paz en casa, paz en el mundo". Pero no solo se manifestaron clubes, sino que una leyenda como Volkan Demirel publicó una story en Instagram con el lema "Qué feliz el que dice 'soy turco'", en referencia, una vez más, a Atatürk.
La Supercopa de Turquía es una competición anual a partido único que disputan cada año los campeones de la Superliga (Galatasaray) y de la Copa de Turquía (Fenerbahçe) de la temporada previa. Este año la expectación era máxima dado que ambos equipos están igualados a puntos liderando la clasificación de la primera división.
¿POR QUÉ LOS SAUDÍS NEGARON LAS PETICIONES DE LOS CLUBES TURCOS?
En la década de 1930, Atatürk y Arabia Saudí habían establecido una relación cordial, y al líder de la Turquía moderna le interesaba mantener una conexión amistosa con la comunidad internacional. Las relaciones entre Arabia Saudí y Turquía generalmente han fluctuado a lo largo del tiempo entre la alianza y la rivalidad. El "no" a las pancartas de Atatürk, al igual que a las camisetas en homenaje al fundador de la República, se habría producido, según varios medios turcos, porque las autoridades saudíes no querían retratos y pinturas de ningún tipo en el estadio.
Si pocos minutos antes de que tuviera que empezar el partido parecía haber un "sí" a la interpretación del himno, el "no" a la pancarta "Paz en casa, paz en el mundo" fue categórico, y la razón sería que Arabia Saudí no quiso dar la impresión de tomar una posición sobre la cuestión palestina. Cabe destacar que en los últimos meses Arabia Saudí ha arrestado a creyentes que mostraban solidaridad con Gaza y oraban por Palestina en los lugares sagrados de La Meca y Medina.
Otra de las razones para estas prohibiciones sería que Atatürk instauró una República laica en Turquía, por lo que iría en contra de las creencias de Arabia Saudí, que es un estado islámico, aunque se tratan de suposiciones, ya que todavía no se ha aclarado nada por parte de las autoridades saudís.
LA IMPORTANCIA DE LA FIGURA DE ATATÜRK PARA LOS TURCOS
Mustafa Kemal Atatürk fue el fundador de la República de Turquía y actualmente es una de las personas más queridas por los turcos. Defendía el secularismo y la separación entre política y religión, y creía en el progreso a través de la ciencia y la razón. Buscó modernizar el país y para ello fundó el Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco). En política interior, Atatürk forjó la identidad turca alimentando el nacionalismo para diferenciarse de los árabes a través de una revolución social. Sustituyó el alfabeto árabe por el latino, apostó por la educación gratuita y consiguió que el país tuviera la tasa de alfabetización más alta de Oriente Medio. Además, abolió la sharía y el islam dejó de ser la religión oficial del Estado en favor de un sistema legal inspirado en las ideas liberales de Europa. También impulsó el voto y la emancipación de la mujer facilitando su acceso a la participación política y social.
Atatürk supuso la modernización y la occidentalización de un país con herencia islámica, y también un sinónimo de progresión y futuro. Pese a que su mandato no fue perfecto, si Turquía es el país que es hoy en día, es gracias a él, por ello se le alaba de esta manera y se le considera el padre de la nación.
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