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Foto del escritorClara Arias

Elecciones locales en Turquía: ¿el principio del fin de Erdoğan?

La oposición ha arrebatado al partido gobernante las principales ciudades turcas, así como provincias industriales y tradicionalmente conservadoras después de que el Gobierno aplicara medidas de austeridad económica






El domingo 31 de marzo los turcos acudían a las urnas en unos comicios que acabarían marcando un antes y un después en el mandato de Recep Tayyip Erdoğan. A medida que avanzó el recuento de votos, gran parte del mapa de Turquía se teñía de color rojizo. El principal partido en la oposición, el socialdemócrata CHP, no sólo ha mantenido el control de las principales ciudades de Turquía, sino que ha ganado las alcaldías de 35 provincias, convirtiéndose en la formación más votada con el 37,8% de los apoyos. El resultado supone una ventaja de más de medio millón de votos con respecto al islamista AKP, dirigido por el presidente, una diferencia mucho mayor a las de las últimas elecciones en 2019.


La oposición ha ganado en las cinco grandes ciudades del país: Estambul, Ankara, Esmirna (İzmir), Adana y Mersin. También en las urbes más industrializadas como Bursa, Manisa y Denizli o la ciudad minera de Zonguldak. El partido opositor ha conseguido penetrar en provincias del mar Negro y de la Anatolia profunda, que eran considerados hasta ahora feudos conservadores que votaban al AKP.




UNAS ELECCIONES DURAS PARA ERDOĞAN


A pesar de que Erdoğan no estaba en las papeletas, los resultados de las municipales se han convertido en una señal de descontento contra el presidente, que reforzó la campaña de su partido en Estambul para intentar tener de nuevo el control político de la ciudad. El presidente tiene trabajo por delante: los resultados de su partido AKP reflejan una pérdida de fuerza en muchas de sus provincias hasta ahora fieles, ya que lidera en solo 24 provincias, cuando hasta ahora gobernaba en 38, mientras que el CHP ha conquistado 35 en lugar de las 22 que tenía desde 2019.


Turquía arrastra desde hace más de dos años una grave depreciación de su moneda y un aumento de los precios, que no ha empezado a golpear a las empresas hasta hace unos meses, según los economistas. Además de una inflación que ha llegado a rozar el 80%, el Gobierno ha afrontado muchas críticas por no haber respondido a los terremotos que azotaron el sur de Turquía en febrero de 2023 y que acabaron con la vida de más de 53.000 personas.



El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, y su esposa, Emine, saludan a sus seguidores el domingo en Ankara



El presidente islamista renovó su mandato como jefe de Estado y la mayoría en el Parlamento gracias a una serie de medidas para maquillar la crisis económica, como el aumento de las pensiones, el sustento de la lira turca de forma artificial, el suministro de gas gratis para los hogares durante un año y la facilitación de los créditos. Meses después otra realidad se ha empezado a notar en los bolsillos de los turcos. Las empresas, en particular las pymes, se han visto forzadas a prescindir de parte de su plantilla, mientras que los precios para los consumidores no han parado de subir y el Gobierno ha incrementado los impuestos.


Este giro hacia políticas más austeras para estabilizar la economía ha supuesto una carga aún mayor para los hogares, que han castigado al partido gobernante en las urnas. Este voto de castigo se puede apreciar también en la participación, que descendió el domingo al 76%, respecto al 87% de las elecciones del año anterior.



IMAMOĞLU, ¿EL FUTURO DE TURQUÍA?


A pesar de que los turcos votaron este domingo en varias partes del país, el foco ha estado puesto en Estambul por su importancia política y económica. Murat Kurum era la apuesta de Erdoğan para recuperar el control de la zona, pero la sólida trayectoria de Ekrem Imamoğlu, ha conseguido solidificar su victoria. A pesar de este gran triunfo, el camino del alcalde de Estambul también ha estado plagado de obstáculos.



Ekrem Imamoğlu tras su victoria en Estambul



Erdoğan canceló las primeras elecciones municipales en marzo de 2019 y, paradójicamente, dio una cómoda victoria a Ekrem Imamoğlu durante una segunda votación tres meses después: el oponente terminó con 800.000 votos por delante del candidato del AKP, Binali Yildirim. Tras esta segunda elección, Ekrem Imamoğlu calificó de "idiotas" a los miembros del Alto Comité Electoral que habían invalidado la primera votación, lo que le llevó a ser procesado y condenado a finales de 2022 a dos años, siete meses y quince días de prisión por "insultos". Aunque apeló esta sentencia y denunció un “asunto político”, esta condena había descartado al hombre que se esperaba que fuera el principal rival del presidente turco en las elecciones presidenciales de 2023.


Por otro lado, desde junio de 2023 Ekrem Imamoğlu está procesado por la Justicia turca por sospecha de manipulación de una licitación publicada a finales de 2015 cuando era alcalde de Beylikdüzü, un distrito de Estambul. El funcionario electo rechazó estas acusaciones, pero se enfrenta a hasta siete años de prisión y una pena de inelegibilidad si es declarado culpable.


A pesar de estos casos judiciales, el alcalde de Estambul figura regularmente entre las figuras políticas favoritas de los turcos, por lo que podría ser un candidato fuerte al gobierno de Turquía.


Las próximas elecciones generales no son hasta 2028, y se espera que Erdoğan no solo acabe su mandato, sino que intente permanecer en el poder. Según la Constitución, este debería ser su segundo y último mandato, pero podría intentar cambiar la ley o conseguir los apoyos parlamentarios para evitar un relevo político. El presidente hace tiempo que está señalado por sus críticos, que lo acusan de intentar acabar con la democracia por silenciar a sus disidentes, influir en el Poder Judicial e intimidar a los medios de comunicación.



EL "ROBO" DE UNA ALCALDÍA EN LA PROVINCIA DE VAN


Las celebraciones por la victoria de la oposición en los comicios locales en Turquía han durado poco, después de que la autoridad electoral arrebatara el mandato al candidato del partido prokurdo de izquierda DEM en la provincia de Van, Abdullah Zeydan, que obtuvo el 55,5% de los votos, 28 puntos más que el candidato del partido en el Gobierno, el islamista AKP, al que se le ha dado por ganador. El partido prokurdo denunció el "robo" de la decisión de las autoridades, que apartaron a Zeydan asegurando que está inhabilitado por haber cumplido condena por una causa de terrorismo.


Tras el anuncio, simpatizantes del partido marcharon por el centro de Van para protestar contra la medida, manifestaciones que se acabaron extendiendo a varias provincias de la región. Los manifestantes lanzaron cócteles molotov contra la policía y quemaron contenedores y mobiliario público, y la policía sofocó las protestas con cañones de agua y gas lacrimógeno.


El partido DEM ha decidido recurrir a los tribunales para que Zeydan pueda recuperar su alcaldía. El candidato de Van fue condenado en año 2017 por hacer "propaganda terrorista" y "colaborar con una organización terrorista" por unas declaraciones que fueron interpretadas como una apología de la guerrilla PKK, considerada una organización terrorista en Turquía y la UE. En 2022 salió de prisión y recuperó todos sus derechos cívicos, por lo que su candidatura a la alcaldía fue aceptada por la autoridad electoral, según datos de su partido. DEM argumenta que dos días antes de los comicios, la Fiscalía reabrió su caso, que daría paso a su inhabilitación, una decisión que los abogados del partido llevarán a los tribunales.

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