La red de socios armados de Irán, entrenados y controlados por la Fuerza Quds, sirve para reforzar su influencia en Oriente Medio y podría suponer una importante amenaza para Estados Unidos y sus aliados en la región, especialmente Israel
En las cuatro décadas transcurridas desde su Revolución Islámica, Irán ha formado y apoyado a un número cada vez mayor de fuerzas combatientes aliadas en todo Oriente Medio. La Fuerza Quds de Irán, que forma parte del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), es el principal punto de contacto con estos grupos, a los que proporciona entrenamiento, armamento y fondos para promover los objetivos regionales iraníes. Los combatientes de países de mayoría musulmana chií, como Irak y Líbano, constituyen los principales apoderados de Irán, pero también se han asociado con Irán grupos de Afganistán, de mayoría suní, Palestina, Siria y Yemen. En el centro de esta red se encuentra Hezbolá, partido político y grupo militante libanés tristemente célebre por sus actos de terrorismo, que ha ayudado a Irán a salvar las divisiones entre árabes chiíes y persas. Hezbolá también ayudó a Irán a apoyar al régimen de Bashar al-Assad en la guerra civil de Siria, donde trabajó para que otras milicias salieran en defensa del régimen.
¿CÓMO SURGIÓ Y QUÉ ES LA FUERZA QUDS?
El nombre de este grupo no era muy conocido en Occidente hasta que el 3 de enero de 2020 un ataque aéreo norteamericano asesinó a su líder, Qassem Soleimani, junto con el comandante de la milicia iraquí Fuerzas de Movilización Popular (PMF, por sus siglas en inglés), Abu Mahdi al-Muhandis, y llevó a Washington y Teherán al borde de un conflicto.
La Fuerza Quds, cuyo nombre significa "Jerusalén" en farsi y árabe, ciudad que sus combatientes prometen “liberar”, es el poderoso brazo paramilitar de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés), que es, a su vez, la organizaron militar más grande de Irán y está considerada por Estados Unidos como un grupo terrorista.
Nacida poco después de la Revolución iraní (1978-1979), el líder supremo, el ayatolá Jomeini, ante la poca confianza que guardaba al Ejército iraní, decidió crear un cuerpo que estuviera completamente bajo su control y mando. El Ejército nacional funciona bajo órdenes del Gobierno central, es decir, bajo el mandato del presidente de turno, pero la capacidad de actuación de la IRGC descansa en el líder supremo, ahora el ayatolá Alí Jamenei.
Igual que Saddam Hussein, líder iraquí, usó la Guardia Revolucionaria, Jamenei usa las IRGC para reforzar su voluntad sobre el pueblo iraní y defender a este de cualquier peligro externo e interno. Este cuerpo militar está compuesto por varios subgrupos, entre ellos la Fuerza Quds, que es el “ala clandestina” que se ocupa de las operaciones en el exterior. Varios son los ataques que se le atribuyen, como el atentado contra los cuarteles de Beirut en 1983, en el que fallecieron 241 soldados norteamericanos, 58 franceses y seis civiles libaneses. Sin embargo, estos movimientos no son los habituales, ya que prefieren apoyar y asesorar en lugar de estar en la primera línea de batalla.
Los efectivos de la Fuerza Quds rondan entre los 5.000 y los 10.000 miembros, aunque su capacidad de influencia es mucho mayor, ya que una de las principales actividades de este cuerpo es el entrenamiento de otras fuerzas de combate en los países de la región.
EL OBJETIVO DE IRÁN
Los grupos que actúan en nombre de Irán han atacado a menudo a las fuerzas estadounidenses, y los expertos afirman que Irán espera aprovechar aún más su creciente red de socios para trasladar equipos y personal por Oriente Medio con el fin de reforzar el impulso del país hacia la hegemonía regional y eliminar a las potencias occidentales. En los últimos años, Irán ha tratado de mejorar la cooperación entre estas fuerzas para formar un "eje de resistencia" más unido contra los enemigos mutuos, según afirman los expertos. Israel, uno de los principales aliados de Estados Unidos, también se enfrenta a ataques regulares de grupos respaldados por Teherán, concretamente Hamás, Hezbolá y la Yihad Islámica Palestina, que comparten la animadversión de Irán hacia Israel y se oponen a su existencia.
Actuar a través de apoderados es un método para eludir la responsabilidad, e Irán ha empleado con éxito esta táctica en medio de la última guerra entre Israel y Hamás. Por ejemplo, el asalto de Hamás a Israel en octubre de 2023 mostró signos de coordinación con Irán, y en decenas de ataques relacionados en los meses siguientes, presuntas fuerzas proxy de Irán han matado a tres soldados estadounidenses en Jordania y herido a docenas más en bases militares estadounidenses en todo Oriente Medio, según funcionarios estadounidenses. Washington también ha afirmado que el apoyo de Teherán ha permitido al movimiento rebelde Hutí de Yemen disparar misiles hacia Israel y atacar barcos comerciales supuestamente vinculados al Estado hebreo en el Mar Rojo, acciones que los Hutíes calificaron de muestra de solidaridad con Hamás. Pero Irán ha evitado a menudo culpar directamente a Israel de este tipo de violencia, y muchos expertos afirman que desea evitar una guerra abierta con Estados Unidos.
LA IMPLICACIÓN DE LA FUERZA QUDS EN CONFLICTOS
La Fuerza Quds ha sido un actor importante en diversos conflictos de Oriente Medio, ayudando económica y armamentísticamente a las milicias que buscaban la victoria o el poder.
En 1982, la Fuerza Quds llevó a cabo su primera actividad como unidad militar, involucrándose en la guerra civil del Líbano (1975-1990), tras la invasión de Israel del país. En el manifiesto fundacional del grupo terrorista libanés, la organización juró lealtad al ayatolá Jomeini, ya que ambos adoptan la idea de la Umma, la comunidad islámica; y tienen el mismo objetivo, establecer un régimen islámico chií. El nacimiento de la milicia libanesa tiene mucho que agradecerle a la Fuerza Quds, ya que no solo recibieron grandes cantidades de dinero, sino también entrenamientos y arsenal suficiente para repeler la invasión israelí.
En la década de los 90, la atención de las fuerzas iraníes se centró en la frontera oriental de la República y brindó apoyo a la Alianza del Norte en Afganistán contra una fuerza emergente: los talibanes.
La unidad se hizo cada vez más visible en el escenario mundial del siglo XXI, después de la invasión estadounidense en Irak en 2003 y la inestabilidad regional que siguió a la Primavera Árabe. En Irak, desempeña un importante papel en la organización y ayuda de los esfuerzos de las milicias chiíes contra las tropas norteamericanas, coordinándose especialmente con la organización Badr. De hecho, tras la caída del régimen de Hussein, las tropas estadounidenses, junto con sus aliados, se enfrentaron a las milicias iraníes respaldadas por la Fuerza Quds. La Administración Trump culpó de la muerte de 600 soldados a Soleimani y a las milicias iraquíes pro-Irán, que formó y dirigió.
Siria ha sido otro escenario donde el ala de la Guardia Revolucionara ha extendido su influencia. La Fuerza Quds ha acudido en ayuda del presidente sirio Bachar al-Asad, cuyo régimen es un gran aliado para Irán, durante la guerra civil que asola al país desde el año 2011. Los vínculos entre Damasco y Teherán se remontan a la Revolución Islámica de 1979, cuando Hafez al Asad, padre de Bachar, fue el primer líder árabe en reconocer a la nueva República Islámica de Irán.
LA ESCALADA DE TENSIÓN ENTRE IRÁN E ISRAEL
El pasado 1 de abril, un bombardeo sobre el Consulado iraní en Damasco (Siria) desató un aumento de tensión entre Irán e Israel, país al que se atribuyó desde un primer momento el ataque sobre el edificio, que dejó al menos 13 muertos y varios heridos. Entre los fallecidos había siete miembros de la Fuerza Quds y varios integrantes del partido milicia chií libanesa Hezbolá.
La Guardia Revolucionaria iraní confirmó la muerte de dos de sus generales, así como la de otros cinco asesores militares. Varias autoridades del país acusaron al "falso régimen sionista" de ejecutar el bombardeo sobre el consulado y lo relacionaron con la supuesta "frustración" producida por las "derrotas irreparables" en su guerra en la Franja de Gaza.
Como consecuencia de estos ataques, Irán, que responsabilizó también a Estados Unidos por lo ocurrido, solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que "condene este acto criminal" de manera contundente y se aborden las "violaciones de las normas del Derecho Internacional".
La tensión fue escalando durante varios días hasta el punto en el que Irán amenazó con tomar represalias. Este viernes, la inteligencia de Estados Unidos anunció que el país estaría preparándose para lanzar un ataque a Israel, que terminó ejecutándose este sábado. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, explicó que ocurriría "más pronto que tarde" y pidió que no lo hiciese para evitar una mayor tensión en Oriente Medio.
Fue este sábado cuando Irán lanzó hasta 300 drones y misiles hacia el país gobernado por Benjamin Netanyahu. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron durante la noche del sábado que el ataque había sido ya ejecutado. El portavoz del Ejército de Israel, Daniel Hagari, confirmó que en total lanzaron más de 200 proyectiles, si bien la mayoría de ellos habrían sido interceptados fuera de territorio israelí.
Misiles iraníes por el cielo de Jerusalén
En pocas horas, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se pronunció de forma triunfan para celebrar que habían interceptado la mayoría de los misiles y drones: "Interceptamos. Bloqueamos. Juntos venceremos", escribió en X –antes Twitter–.
Comments